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DINOSAURIOS PARA NIÑOS

Cuentos de dinosaurios para niños: El Estegosaurio que queria volar

Hola, niños y niñas. Hoy os vamos a contar el cuento del sueño de un Estegosaurio que quería volar. ¿Sabéis lo que es un Estegosaurio? Es un dinosaurio con unas placas en la espalda y unas espinas en la cola. Era muy grande y pesado, pero también muy bonito y simpático.

Pues bien, había una vez un Estegosaurio que se llamaba Esteban. Esteban era diferente a los demás estegosaurios: él no quería comer plantas ni pasear por el bosque. Él quería volar por el cielo como las aves. Le encantaba mirar las nubes y soñar con ser libre y ligero.

Un día, Esteban decidió hacer realidad su sueño. Se fue al bosque y recogió muchas hojas y ramas. Con ellas se construyó unas alas enormes que ató a sus patas delanteras. Luego se subió a una colina y se preparó para saltar al vacío.

  • ¡Voy a volar! ¡Voy a volar! – gritaba Esteban emocionado.

Pero cuando saltó, algo salió mal. Sus alas eran demasiado pesadas y no le daban impulso. En vez de elevarse por el aire, Esteban cayó al suelo con un gran golpe.

  • ¡Ay! ¡Me he hecho daño! – lloraba Esteban dolorido.

Por suerte, sus amigos los dinosaurios lo oyeron y acudieron en su ayuda. Lo levantaron con cuidado y lo llevaron a su cueva.

  • ¿Qué te ha pasado, Esteban? ¿Por qué te has hecho esas alas tan raras? – le preguntaron sus amigos preocupados.
  • Es que yo quiero volar como las aves – les explicó Esteban entre sollozos – No me gusta ser un estegosaurio tan grande y pesado.

Sus amigos se quedaron sorprendidos al oír eso. Ellos querían mucho a Esteban tal como era y no entendían por qué quería cambiar.

  • Pero Esteban, tú eres un estegosaurio maravilloso – le dijo Lila, una pterodáctila – Tienes unas placas preciosas que te protegen del sol y del frío.
  • Y unas espinas poderosas que te defienden de los depredadores – añadió Rexi, un tiranosaurio.
  • Y unos ojos dulces que expresan tus sentimientos – continuó Bronto, un brontosaurio.
  • Y sobre todo tienes un corazón enorme que te hace ser nuestro amigo – concluyó Dino, un triceratops.

Esteban escuchó las palabras de sus amigos y se sintió conmovido. Se dio cuenta de que ellos lo apreciaban por lo que era y no por lo que quería ser. También se dio cuenta de que ser un Estegosaurio tenía muchas ventajas y que no tenía sentido querer ser otra cosa.

Así que Esteban les sonrió a sus amigos y les dio las gracias por su apoyo.

  • Tenéis razón, amigos – les dijo Esteban feliz – Soy un Estegosaurio maravilloso y estoy orgulloso de serlo. No necesito volar para ser feliz: solo necesito estar con vosotros.

Y así fue como Esteban dejó de soñar con volar y empezó a disfrutar de su vida como Estegosaurio. Aprendió a aceptarse como era y a valorar sus cualidades. Y siguió siendo el mejor amigo de los demás dinosaurios.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.`